Notas de Interés

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Aliados de tu piel, los Protectores solares, consejos y recomendaciones.

El valor que tiene reconocer los factores de riesgo de padecer un melanoma, reside en orientar todas las formas de prevención y de educación a los grupos más susceptibles. Se debe asimismo orientar a la sociedad en general sobre los riesgos relativos.
 Una de las herramientas más económicas para la detección de este tumor es el diagnóstico clínico visual experimentado, que determinará un diagnóstico precoz y un mejor pronóstico.
Se reconoce que uno de los factores de riesgo de mayor peso es la exposición inadecuada a las radiaciones UV en forma de luz natural, a la cual se atribuye un tercio de los melanomas.

Comparando esta afirmación con lo que sucede con el cáncer de mama donde sólo conocemos los factores genéticos como factores de riesgo, y donde los estudios de diagnóstico son más complicados y mucho más costosos, resaltamos la importancia de toda la comunidad médica en la educación con actividades primarias de prevención para el reconocimiento de este factor de riesgo en la aparición del melanoma.

 Actualmente sabemos que no sólo el medio ambiente es el factor de riesgo; se reconocen factores genéticos de suma importancia. Uno de los eventos más importantes es la presencia de mutaciones en el gen CDKN2A o p16 , en el cromosoma 9 de los seres humanos. Alrededor del 5% de los pacientes tienen uno o más familiares en primer grado afectados, y de éstos, en el 25% se han detectado mutaciones en el gen CDKN2A.
 La presencia de mutaciones es más frecuente si tres o más miembros de cualquier familia están afectados; y aproximadamente el 10% para las familias que sólo tienen dos miembros en quienes se encontraron mutaciones.

Se han observado hallazgos diferentes respecto a la fuerza de esta mutación en el riesgo en distintos continentes. En Australia se halló el riesgo mayor. En familias portadoras de mutaciones en Estados Unidos la capacidad de desarrollar melanoma está en el orden del 60%. Se trata de pacientes de aproximadamente de 60 años.
 Otra alteración genética hallada en sólo tres familias en el mundo es la mutación del gen CDK4 en el cromosoma 12. Otro hallazgo de importancia es el que se encuentra en los pacientes de cabellos rojizos, donde podemos encontrar un polimorfismo en el gen MC1R del cromosoma 17q24.3.

Si bien ya se conocía el riesgo aumentado de los pelirrojos, esta alteración sumaría un riesgo adicional al del color del pelo. Un área de experimentación actual se está desarrollando para determinar el rol de las variaciones genéticas en la reparación del ADN.

Todavía queda un aspecto no del todo clarificado con respecto a los nevos múltiples y a la presencia de nevos displásicos y su relación con el melanoma, comportándose como un riesgo adicional e independiente. A pesar de que el CDKN2A ha sido relacionado como un gen nevo relacionado y melanoma relacionado, el tema sigue siendo complejo.
No todas las familias que presentan mutaciones tienen nevos múltiples y atípicos; por otro lado se han desarrollado melanomas en familias con mutaciones y con nevos.
 Se ha establecido una tabla de factores relacionados con los nevos:
En orden decreciente se proponen:

.Número de nevos (mayor o menor de 20). Índice de peca.
.Número de nevos clasificados clínicamente como atípicos.

Historia de quemaduras solares.
El mayor riesgo de padecer un melanoma es el de ya haber padecido uno.
Una vez que se padece un melanoma, la posibilidad de una recidiva es 70 veces mayor.
El lugar de nacimiento resulta también ser un riesgo. Los nacidos en zonas con muchos días soleados y que han desarrollado actividades con alto índice de exposición al sol en sus primeras décadas de vida resultan tener mayor riesgo.

El nivel socioeconómico es para algunos autores también un factor de riesgo, éste está relacionado con un mayor grado de educación y de ingresos, pero, por otro lado, son quienes tienden a vivir más tiempo y no morir de melanoma.
Si bien no está probado directamente que el uso de protectores solares reduzca el índice de melanoma, sí lo está indirectamente. En este sentido los estudios infieren la poderosa influencia positiva que éstos ejercen.
 En algunos estudios se ha llegado hasta a afirmar que los protectores solares no disminuirían el riesgo de melanoma, dado que retardan la aparición de los signos de alarma de la quemadura solar.
Estos estudios se han realizado no teniendo en cuenta todos los factores de riesgo. También sabemos que el tiempo es un factor que lleva a resultados apresurados en una enfermedad con 10 a 50 años de latencia y que tiene una incidencia baja.
Los seguimientos en los estudios no debieran ser menores a diez años. Usar protector solar no significa lo mismo para todas las personas.
Se deben definir correctamente los términos Protector, Factor de Protección Solar, cantidad de protector a utilizar, frecuencia de aplicación, momento en el cual se aplicó el protector (durante la exposición o antes).
Los factores anteriormente descriptos son de suma importancia en la valoración de la calidad de los resultados de un trabajo de investigación.
En Australia, donde el 74% de la población utiliza protectores solares regularmente y desde edades muy tempranas, el índice y la mortalidad por melanoma está comenzando a descender.
Ésta es una clara manifestación de efectividad de las campañas de educación en el uso de fotoprotectores y de convivencia con el sol. Hasta tanto se encuentren datos prospectivos que demuestren la efectividad del uso de fotoprotección en la disminución del riesgo de melanoma, ésta es una de las más seguras demostraciones de eficacia.
El uso de los protectores solares se ha extendido y aumentado en todo el mundo. Los estudios actuales sugieren que con un régimen de protección solar que incluya el uso de protector solar, ropas adecuadas, evitar la exposición en horarios de mayor radiación, logrará reducir el riesgo de melanoma.
Para el futuro se están estudiando otras sustancias como posibles fotoprotectores, como los derivados de los psoralenos, que aumentarían la producción de melanina; sustancias naturales derivadas de la Gran Barrera de Coral de Australia.
También se investigan terapéuticas sistémicas con una buena biodisponibilidad en la piel.
Exceptuando la nula exposición solar, los protectores solares siguen siendo un efectivo método de prevención ante los efectos nocivos generados por las radiaciones que dañan la piel y aumentan el riesgo de melanoma.  


Fte: Dra. María Luisa Gómez (Médica Dermatóloga UBA.)- Andrómaco en la Piel.

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