Consejos para cuidar nuestra piel, porqué envejece?
Veinte años no es nada, como dice el tango... pero veinticinco, sí. Al menos en lo que respecta a la piel, ese maravilloso órgano del cuerpo que nos define a través de nuestro rostro. A partir de esa edad, la piel ya no puede protegernos como antes: es el momento de empezar a cuidarla. Pero hay buenas noticias: nunca es demasiado tarde.
Que el tiempo pasa y deja huellas es algo que todos saben. Alcanza con comparar algunas fotografías para poder advertir con claridad los cambios que se producen a lo largo de los años en la salud de nuestra piel y en nuestra apariencia: líneas de expresion o arrugas, pérdida de elasticidad, falta de luminiosidad aparición de manchas...
Pero no todos saben cuales son las razones por las que nuestra piel envejece, y cual es la mejor manera de cuidarla.
Una ley inflexible... y universal.
El proceso de envejecimiento epidérmico es continuo y lento, tan lento que es casi imperceptible. La ley es universal: todas las pieles envejecen, pero no todas lo hacen por las mismas razones o de igual forma. Los factores que determinan el deterioro y cambio de nuestra piel son muchos y distintos. Ademas de los factores biológicos y genéticos debemos considerar una larga serie de fenómenos externos, desde nuestro estilo de vida (que incluye cosas tan diversas como hábitos alimenticios, consumo de tabaco o alcohol), hasta factores climáticos o ambientales como la polución, la variación de la temperatura o la exposición al sol... La lista es extensa. Sin dudas se puede concebir la piel como una compleja construcción que nos protege del exterior, como un noble muro de ladrillos que constantemente se desgasta y se vuelve a construir. No es una metáfora. Este proceso se lo conoce como "querantinización celular" y es el que garantiza que la piel se renueva una y otra vez.
La gran olvidada.
La mayoría de los anatomistas y médicos de la historia subestimarion las funciones de la piel y relegaron su estudio por considerarla poco importante. Fué recién durante el siglo XIX y XX que los médicos se volcaron a un estudio completo y exhaustivo de los elementos que componen nuestra piel, y su funcionamiento.
Durante un ciclo de aproximadamente 28 dias las células nacen y se multiplican en la capa inferior de la epidermis y a medida que se van desarrrollando ascienden hacia el exterior, donde finalmente mueren. De esta trama de células muertas que, sin que lo advirtamos se va exfoliando de forma natural depende la apariencia de la piel. Sucede que con el paso del tiempo, el proceso de renovacion celular se va haciendo cada vez mas lento. Desde los 25 años aproximadamente, la epidermis pierde de manera paulatina su capacidad de regeneración y a los 50 el ciclo puede demorar mas del doble del tiempo. Cómo envejece la piel. Cuando las personas superan los 25 años, las células ya no se generan ni eliminan con la misma facilidad que hasta enntonces y se acumulan de manera irregular. La piel empieza a fisurarse y pierde mas agua de lo normal, se ve seca y marchita, y se vuelve mucho más vulvnerable frente a los factores ambientales. Sin embargo, además de agua se pierden otros elementos fundamentales, como proteínas, aminoácidos que hacen que la luz no se refleje como antes y que la piel pierda brillo y luminosidad. Los síntomas del envejecimiento no sólo se dan en la capa superficial de la piel, sino en toda su estructura. En la capa media o dermis, por ejemplo, el colágeno y la elastina poco a poco van abandonando su capacidad de recuperación y extensión, la piel pierde fuerza y empiezan a aparecer líneas de expresión que con el tiempo se convierten en arrugas. Por las misma razones las mejillas y los párpados ceden y caen. En la capa más profunda denominada hipodermis, células grasas empiezan a deteriorarse y reducirse. Este proceso tienen como resultado que la piel pierda tonicidad y flexibilidad y que los tejidos grasos (como los de la mandíbula) cedan con el tiempo a la presión de la gravedad. Pero el deterioro de la piel no sólo trae problemas de apariencia, sino que también supone riesgos para la salud. Como las células se renuevan más lentamente, la barrera que nos protege del exterior se debilita y nos volvemos más vulnerables a factores ambientales hóstiles, motivo por el cual se hacen mucho mas comunes una gran serie de trastornos, como los eccemas, las micosis o las infecciones. Por otro lado, la capacidad de recuperación de la piel disminuye y las heridad se curan de manera cada mas lenta, y no sólo se vuelven más frecuentes sino también mucho más prolongadas. La importancia de un estilo de vida sano. Aunque es cierto que nuestra piel se deteriora por un fenómeno fisiológico, también hay que tener en cuenta otros factores. el proceso de oxidación producido por el exceso de radicales libres afecta directamente la saluda de nuestra piel y su apariencia. Mientras respiramos o comemos, se forman radicales libre. Son moléculas que por un proceso natural quedan incompletas, y para lograr estabilidad deben extraer componentes de otras moléculas que quedan incompletas y se convierten a la vez en radicales libres. Es una especie de reacción en cadena que dificulta el proceso regenerativo natural de la piel. Cuando la cantidad de radicales libres aumenta, puede producir graves trastornos sobre nuestros organismos. No sólo acelerar el envejecimiento de la piel, sino también causar enfermedades graves, como el cáncer de piel. El clima muy frío o el muy cálido, una dieta incompleta el consumo de alcohol, el hábito de fumar, la contaminación ambiental y la exposición excesiva a los rayos ultravioleta, son los principales productores de radicales libres. Para prevenir el proceso de oxidación del organismo es prioritario cambiar de hábitos. Realizar un ejercicio aeróbico moderado, restringir en lo posible el consumo de alchohol y de cigarrillos y, sobre todo, exponerse al sol únicamente con filtros solares. De forma complementaria y debidamente autorizado por un profesional médico, es bueno recurrir a productos antioxidantes, que neutralizan en gran medida el proceso y colaboran a retrasar el deterioro celular.
Fte. Revista Kairos.